sábado, 29 de marzo de 2014

MODULO 2 (Revisión)

 Retomando mis blogs anteriores considero que la tarea de educar en éstos tiempos vertiginosos constituye claramente un desafío, donde el punto de partida no parece ser  la apertura de diferentes debates o críticas respecto a la  incorporación de las nuevas tecnologías a la escuela o más bien cual es su función frente a ello, puesto que a mi parecer quedaríamos ante situaciones verdaderamente dilemáticas.
  
Sino más bien se trata  de conocer y reconocer el sentido de lo educativo en una cultura escolar  atravesada por ésta cultura mediática, en tanto juego de interpelaciones a los sujetos y de reconocimientos subjetivos, que de algún modo imprime y va configurando un nuevo ecosistema comunicativo en el cual se modifican los campos de experiencias al ritmo de la configuración en torno a lo subjetivo, de nuevas sensibilidades, de diferentes modos de percibir y de sentir, de relacionarse con el tiempo y el espacio, y de reconocerse y producir lazos sociales. Quizás una perspectiva muy diferente al ambiente planteado desde una óptica de la escuela tradicional desde la que hemos sido parte. 
 
Cito una experiencia cotidiana que se puede observar en los niños del nivel inicial, (nivel en el cual me desempeño en la actualidad), durante los momentos de juego en sectores y más precisamente el sector de dramatizaciones es común escuchar a niños dialogando entre ellos “¿Jugamos a San Martín?” y rápidamente arman la escena lúdica: caballos, cruce de los andes, Cabral, etc ,  luego de haber trabajado con el video de Samba… Ello me invita a reflexionar acerca de estos nuevos modos de percibir el mundo, de pensar y de aprender en una cultura de la imagen y la televisión; que quizás tras el empleo de otros recursos hubiese sido impensable el interés de los alumnos respecto de ésta temática.
Creo que en ello, la institucionalidad y la docencia enfrentan nuevos desafíos de revolturas culturales (cultura escolar vs cultura mediática), en los que parecería preciso en primer lugar el reconocimiento de que nos constituimos como sujetos en y de esa cultura en conflicto y revuelta y que además, éstos espacios resultan formadores de sujetos y productores de sentidos y deseos.  
Para cerrar, coincido con Martín Barbero: "Sólo asumiendo la tecnicidad mediática como dimensión estratégica de la cultura es que la escuela puede hoy interesar a la juventud e interactuar con los campos de experiencia en que se procesan esos cambios: desterritorialización/relocalización de las identidades, hibridaciones de la ciencia y el arte, de las literaturas escritas y las audiovisuales". 

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