El título de este post hace referencia al inexorable “atravesamiento
de la cultura masiva” del que habla Huergo. (Esta idea quise representarla con
la metafórica imagen de un hombre atravesado por un conjunto de ideas,
mandatos, costumbres, conceptos y prácticas que inevitablemente lo traspasan por
ser un sujeto cultural).
Él nos dice: “En la
conformación del mundo cultural se producen adhesiones a determinados discursos
que modelan, reafirman y transforman nuestras prácticas heredadas. No puedo
escindirme de ellas, y además como estoy en un mundo social, la suma de todas
ellas me van formando como sujeto”[1]
Teniendo en cuenta esta cita, considero que el concepto de “atravesamiento”
junto con el de “no poder escindirme” encierran a su vez otros lineamientos que
tienen que ver con todo aquello que sucede A PESAR de nosotros. Un ejemplo de
esto es que nadie puede elegir ser parte de la cultura masiva o no. Eso no es
algo que dependa de una decisión individual o colectiva. Todos somos parte
constitutiva y constituyente de ella.
De lo anterior se desprende otra idea ligada a cierta legitimidad
- invisible para muchos - que hace de
los discursos algo incuestionable. Como sujetos de la cultura masiva, recibimos
constantes mensajes desde diferentes medios y canales. Pero éstos no son
mensajes aislados. Al decir de Cristina Mata éstos están compuestos por "conjuntos textuales, porque
cada mensaje particular remite a otros y se encadena con ellos en un
continuum simbólico, cultural. Asumir esto, implica aceptar que los mensajes de
carácter alternativo o educativo que las organizaciones populares o educativas
y promocionales producen, serán
recibidos de la misma manera, es decir, insertos en ese conjunto cuya lógica
global ha sido y está siendo diseñada desde otro lugar, el del poder".[2]
Hasta aquí me ocupé de aquellas cuestiones que, a mi
entender, no podemos elegir ni de las cuales podemos "escapar".
Pero es cierto que la cultura de la que formamos parte nos
ofrece también alternativas para poder producir discursos propios,
transmitirlos y complejizarlos –por ejemplo- desde nuestra tarea docente y
enriquecernos con los aportes de los demás. La clave está en poder visibilizar
esos lugares de poder desde se producen ciertos mensajes para poder romper con
la hegemonía discursiva que se presenta como {único modelo mediante el cual
leer la realidad.
Decidí terminar esta reflexión con esta escena de alguien
que se “casa” (a esto alude la pregunta por el estado civil del sujeto) con las
ideas que le vienen desde afuera, sin posibilidad de crítica, revisión ni
producción propia (por eso termina convertido en un “embrutecido mediático”)
Lourdes Cabaleiro.
[1] Huergo, Jorge (2007): “Una primera
aproximación al campo de Comunicación/Educación”, material de la Cátedra de
Comunicación y Educación, UNLP, [en línea] http://comeduc.blogspot.com/2007/04/documento-de-ctedra-una-primera.html
[2] Mata,
María Cristina (1996): “Nociones para pensar la comunicación y la cultura
masivas”, Segundo curso de especialización con modalidad presencial a
distancia, Buenos Aires, Centro de Comunicación Educativo La Crujía.
"la cultura de la que formamos parte nos ofrece también alternativas para poder producir discursos propios, transmitirlos y complejizarlos –por ejemplo- desde nuestra tarea docente y enriquecernos con los aportes de los demás" Los medios de comunicación actuales nos posibilitan estas oportunidades, también es necesario construir y enseñar a construir pensamiento crítico para saber tomar aquello que consideramos util entre todo aquello que los medios nos brinda para poder construir valores que den sentido a nuestra vida.
ResponderEliminarHola Lourdes ¿por qué tardaste tanto en publicar? No recuerdo si me habías dicho.
ResponderEliminarSobre la publicación, no hay mucho que decir a esta altura. Es algo escueta. Había bastante más que decir sobre el tema. Especialmente hubiese sido interesante que hablaras de tus propios "atravesameintos" y modos de resistencia.
Pensalo.
Saludos