Revolturas culturales y refiguraciones identitarias

Este nombre me hace pensar en algo difícil de entender para mi y para mis alumnos, ni les cuento.     ¿ Será por lo que dice Margaret?

En su libro, Margaret Mead escribe: “nuestro pensamiento nos ata todavía al pasado, al mundo tal como existía en la época de nuestra infancia y juventud, nacidos y criados antes de la revolución electrónica, la mayoría de nosotros no entiende lo que ésta significa. Los jóvenes de la nueva generación, en cambio, se asemejan a los miembros de la primera generación nacida en un país nuevo. Debemos aprender junto con los jóvenes la forma de dar los próximos pasos..

Pero este concepto no es generalizado. Los jóvenes son rápidos en cierta parte de la tecnología, que es la comunicación social. Y dentro de la comunicación social hay sectores. Los que sí tienen acceso a la computadora o a un teléfono smart, entonces su vida pasa por Twitter, los seguidos y los seguidores. Pero siguen habiendo una gran parte de la juventud, que sí piensa, en materia de tecnología,  en manera diferente a las generaciones nacidas  en el siglo pasado pero no saben, no les interesa o nada los motiva a usar la tecnología para algo más.

La comunicación hoy en los medios no enseña mucho, nos asusta, nos desagrada. Nos inquieta y aquellos que saben leer entre líneas identifican algo bueno. La mayoría de los  jóvenes hoy no están motivados, ni siquiera con la tecnología, que no es una rareza para ellos pero sì dentro de las aulas, en muchos casos.

No estoy totalmente de acuerdo con Margaret Mead en que debemos aprender juntos la forma de dar los próximos pasos. Sí hoy ya no se impone, se vive, se enseña, se educa juntos, pero la visión de futuro, las posibilidades futuras, otra vida que comienza al terminar la secundaria, debe ser fomentada, motivada, brindada por aquellos que nacimos en el siglo pasado y ahí sí ,los jóvenes pueden empezar a pensar como tomar la posta de su futuro que será completamente diferente , en un mundo tecnológico, hoy inimaginable.

 ¿SERÀ ASI?    

                                                                      O      ¿SEGUIRÀ SIENDO ASÌ?

ESPERO QUE NO....

Cristina d'Ambrosio