jueves, 23 de mayo de 2013

DE REMOLONES A PRODUCTORES CRÍTICOS


Hemos leído en Prieto Castillo que “dos instituciones aparecen en nuestras sociedades como ámbitos privilegiados de discurso: los medios de difusión colectiva y la escuela”. A esta afirmación, se puede agregar lo dicho por Stella Martini respecto a que “la noticia periodística comparte con la educación la función de difusión y consolidación de imaginarios, símbolos, valores y tradiciones, con la diferencia de que la escuela opera sobre el individuo durante años y los medios de comunicación durante toda la vida”.
Pues bien, si los medios de comunicación forman, educan (para bien o para mal), un problema que, en mi parecer, no podemos dejar de abordar es qué tipo de ciudadano buscan formar y qué estrategias emplean para ello.
La escuela, hace tiempo, se ha replanteado su función informativa y recién ahora los comunicadores están caminando en este sentido. Al respecto, analícese la siguiente frase de Kaplún: “Repetidamente, se ha reprochado a la escuela tradicional su tendencia a confundir la autentica educación con lo que es mera instrucción, con lo cual -se ha dicho también- que ella INFORMA pero NO FORMA.
Sobre esta cuestión, Freire aseguró que esta educación “bancaria” sirve para la domesticación del hombre. En Pedagogía del oprimido, el autor afirma que el alumno es receptor de la información, es quien escucha, es quien obedece, quien recibe los datos en forma de depósito, es el que no sabe.
La escuela, como decía, ha dado un paso clave al cuestionarse a sí misma. Prieto Castillo, hace 20 años, asentó que “la escuela sufre ataque tras ataque y los medios reciben cada vez más elogios”. Por suerte, esta frase quedó desactualizada. Sabemos que, hoy, los medios de comunicación argentinos y sus discursos empezaron a ser muy discutidos.
Pero aun están (y temo que son mayoría) los que ponderan la educación bancaria en los medios de comunicación. Seguramente, escuchaste (¡y sin sorprenderte!) que los periodistas, sin ningún descaro, ostentan decir “lo que tenés que saber antes de salir de tu casa”. No conozco indignados que hayan roto el televisor tras escuchar cómo los informadores los tratan como cajas vacías. Lamentablemente, muchos escuchan tres títulos y salen a la calle creyendo que saben, que son ciudadanos comprometidos, y repiten contentos (o enojados) lo que les han depositado en sus cabezas.
Los medios de comunicación informan, acaso con el objetivo de generar ignorantes. Se le atribuye a Sócrates el haber afirmado que no hay peor ignorante que el que cree saber. Y esta es la clase de ignorantes compuesta por aquellos que repiten los títulos del noticiero y creen que saben y que son ¡críticos!.
Y todos deben “saber” lo mismo. Tonucci o Pink Floyd han cuestionado la estandarización en las escuelas; pues bien, los medios también inyectan sus noticias a todos por igual, hay una despersonalización y un desinterés por las experiencias diversas, más allá de que puedan establecer una relación afectiva aparente con sus receptores. Dejo aquí un video ilustrativo para los remolones:




No propongo aquí un abandono de la información, de los datos, sino el ponerlos al servicio de la formación, tomándolos como objeto de análisis o como ejemplos para transmitir ideas y reflexiones que permitan ver el bosque y no quedarse tapados por una rama-noticia.
Un profesor de historia informativo no se preocuparía por cuestionar y lograr que los alumnos se cuestionen el porqué de los sucesos históricos y que éstos sean reinterpretados según sus realidades. Un comunicador informativo es el que pone hincapié en el dato, en el suceso y no en los procesos que los generan.
Por eso, así como un docente plantea objetivos y un programa con metas a cumplir, quienes forman a través de sus discursos en los medios de comunicación deberían al menos delatar qué tipo de ciudadanos buscan generar (si sujetos críticos o irreflexivos, por ejemplo), de qué manera buscan hacerlo, y ver si cumplen con dichas metas.
Por lo pronto, festejo la popularización de los primeros esbozos críticos contra el sistema bancario en los medios de comunicación masivos; finalmente, los informadores han dejado de ser los dueños de la verdad.
Si bien es novedoso que, a nivel masivo, los medios de comunicación sean cuestionados, posiblemente, siempre haya habido críticas contra sus discursos. El debate sobre los medios no es un invento del programa recontrahiperultrakirchnerista 678. No obstante, valoro un logro de uno de sus panelistas, Orlando Barone, quien en 1975 juntó a Borges y Sábato… aquí copio aquí un fragmento del diálogo que hubo entre ambos literatos, el cual demuestra que el discurso de los medios ya era discutido desde hace tiempo: 

Borges: –Quiero decir, Sábato, que no se hacía ninguna referencia a las noticias cotidianas, fugaces.
Sábato: –Sí, eso es verdad. Tocábamos temas permanentes. La noticia cotidiana, en general, se la lleva el viento. Lo más nuevo que hay es el diario, y lo más viejo, al día siguiente.
Borges: –Claro. Nadie piensa que deba recordarse lo que está escrito en un diario. Un diario, digo, se escribe para el olvido, deliberadamente para el olvido.
Sábato: –Sería mejor publicar un periódico cada año, o cada siglo. O cuando sucede algo verdaderamente importante: "El señor Cristóbal Colon acaba de descubrir América". Título a ocho columnas.
Borges: –(Sonriendo) Sí... creo que sí.
Sábato: –¿Cómo puede haber hechos transcendentes cada día?
Borges: –Además, no se sabe de antemano cuáles son. La crucifixión de Cristo fue importante después, no cuando ocurrió. Por eso yo jamás he leído un diario, siguiendo el consejo de Emerson.
Sábato: –¿Quién?
Borges: –Emerson, que recomendaba leer libros, no diarios.



La esperanza está dada porque ambos espacios discursivos (el de la escuela y el de los medios masivos de comunicación) hoy se encuentran atravesados por el debate. Incluso, la escuela también se ha decidido a debatir el discurso de los medios de comunicación, a partir del surgimiento de materias como Observatorio de medios.
La esperanza también está dada por los nuevos medios de comunicación. Si bien es discutible la frase de Marshall McLuhan de que “el medio es el mensaje”, lo cierto es que en Facebook, los blogs y Twitter, por ejemplo, ya no existe la idea rígida de un emisor y un receptor, sino que ambos intercambian sus roles permanentemente, generando una mayor horizontalidad. Sobre ello, Irigaray observa que en los weblogs “se evidencia un fuerte cuestionamiento a la idea de autor/autoridad y se apunta a la construcción colectiva”.
Los nuevos medios de comunicación aportan una oportunidad para el desarrollo de una democracia mucho más efectiva, en donde nos podamos sentir artífices de nuestro pensamiento, de nuestras decisiones y no somos remolones a los que les dicen lo que tienen que saber antes de salir de casa.



2 comentarios:

  1. Hola Emanuel. Me hiciste reir con tu post. No obstante, es un humor muy bien fundamentado el tuyo ¿Estudiaste Comunicación? En todo lo que decías encontré un interlocutor hablando "el mismo idioma". Incluso Stella Martini, a quien citás, fue profesora mía en la facultad. Supongo que tmb tuya ¿no?
    Como sea, te leo en el siguiente post, que espero sea tan bueno como este.
    Saludos

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    1. Hola Pablo, gracias por la devolución. No tuve de profesora a Stella Martini, pero leí uno de sus libros cuando hice mi tesis para recibirme de licenciado en Comunicación Social en la Universidad Nacional de La Matanza. Agrego algo al texto, ya que menciono que estudié (y ahora trabajo) en la UNLaM... Aquellos muchachos de Harvard que cuestionaban a CFK estaban informados, se notaba que habían leído los periódicos, las noticias y que repetían lo que habían leído, que eran loros y que eran la peor clase de ignorantes, porque creían que sabían sin tener siquiera pensamientos propios. Así, el esquema de educación bancaria suele predominar en los medios masivos, pero el ir a una universidad carísima no asegura que un nabo se transforme en un sujeto crítico.

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