DE REMOLONES A PRODUCTORES CRÍTICOS
Hemos leído en Prieto Castillo que “dos instituciones aparecen en nuestras sociedades como ámbitos
privilegiados de discurso: los medios de difusión colectiva y la escuela”.
A esta afirmación, se puede agregar lo dicho por Stella Martini respecto a que “la noticia periodística comparte
con la educación la función de difusión y consolidación de imaginarios,
símbolos, valores y tradiciones, con la diferencia de que la escuela opera
sobre el individuo durante años y los medios de comunicación durante toda la
vida”.
Pues bien, si los medios de comunicación forman, educan
(para bien o para mal), un problema que, en mi parecer, no podemos dejar de
abordar es qué tipo de ciudadano buscan formar y qué estrategias emplean para
ello.
La escuela, hace tiempo, se ha replanteado su función
informativa y recién ahora los comunicadores están caminando en este sentido.
Al respecto, analícese la siguiente frase de Kaplún: “Repetidamente, se ha reprochado a la escuela tradicional su tendencia a
confundir la autentica educación con lo que es mera instrucción, con lo cual
-se ha dicho también- que ella INFORMA pero NO FORMA”.
Sobre esta cuestión, Freire aseguró que esta educación
“bancaria” sirve para la domesticación del hombre. En Pedagogía del oprimido, el autor afirma que el
alumno es receptor de la información, es quien escucha, es quien obedece, quien
recibe los datos en forma de depósito, es el que no sabe.
La escuela, como decía, ha dado un paso clave al
cuestionarse a sí misma. Prieto Castillo,
hace 20 años, asentó que “la escuela sufre ataque tras ataque y los medios
reciben cada vez más elogios”. Por suerte, esta frase quedó desactualizada.
Sabemos que, hoy, los medios de comunicación argentinos y sus discursos
empezaron a ser muy discutidos.
Pero aun están (y temo que son mayoría) los que ponderan la
educación bancaria en los medios de comunicación. Seguramente, escuchaste (¡y
sin sorprenderte!) que los periodistas, sin ningún descaro, ostentan decir “lo que tenés que saber antes de salir de tu casa”.
No conozco indignados que hayan roto el televisor tras escuchar cómo los
informadores los tratan como cajas vacías. Lamentablemente, muchos escuchan
tres títulos y salen a la calle creyendo que saben, que son ciudadanos
comprometidos, y repiten contentos (o enojados) lo que les han depositado en
sus cabezas.
Los medios de comunicación informan, acaso con el objetivo
de generar ignorantes. Se le atribuye a Sócrates el haber afirmado que no hay peor ignorante
que el que cree saber. Y esta es la clase de
ignorantes compuesta por aquellos que repiten los títulos del noticiero y creen
que saben y que son ¡críticos!.
Y todos deben “saber” lo mismo. Tonucci o Pink Floyd han cuestionado la estandarización en las
escuelas; pues bien,
los medios también inyectan sus noticias a todos por igual, hay una
despersonalización y un desinterés por las experiencias diversas, más allá de que puedan establecer una
relación afectiva aparente con sus receptores. Dejo aquí un video ilustrativo
para los remolones:
No propongo aquí un abandono de la información, de los
datos, sino el ponerlos al servicio de la formación, tomándolos como objeto de
análisis o como ejemplos para transmitir ideas y reflexiones que permitan ver
el bosque y no quedarse tapados por una rama-noticia.
Un profesor de historia informativo no se preocuparía por cuestionar y lograr que los
alumnos se cuestionen el porqué de los sucesos históricos y que éstos sean
reinterpretados según sus realidades. Un comunicador informativo es el que pone
hincapié en el dato, en el suceso y no en los procesos que los generan.
Por eso, así como un docente plantea objetivos y un programa
con metas a cumplir, quienes forman a través de sus discursos en los medios de
comunicación deberían al menos delatar qué tipo de ciudadanos buscan generar
(si sujetos críticos o irreflexivos, por ejemplo), de qué manera buscan
hacerlo, y ver si cumplen con dichas metas.
Por lo pronto, festejo la popularización
de los primeros esbozos críticos contra el sistema bancario en los medios de
comunicación masivos; finalmente, los informadores han dejado de ser los dueños
de la verdad.
Si bien es novedoso que, a nivel masivo, los medios de
comunicación sean cuestionados, posiblemente, siempre haya habido críticas
contra sus discursos. El debate sobre los medios no es un invento del programa recontrahiperultrakirchnerista 678.
No obstante, valoro un logro de uno de sus panelistas, Orlando Barone, quien en
1975 juntó a Borges y Sábato… aquí copio aquí un fragmento del diálogo que hubo
entre ambos literatos, el cual demuestra que el discurso de los medios ya era
discutido desde hace tiempo:
Borges: –Quiero decir,
Sábato, que no se hacía ninguna referencia a las noticias cotidianas, fugaces.
Sábato: –Sí, eso es verdad.
Tocábamos temas permanentes. La noticia cotidiana, en general, se la lleva el
viento. Lo más nuevo que hay es el diario, y lo más viejo, al día siguiente.
Borges: –Claro. Nadie piensa
que deba recordarse lo que está escrito en un diario. Un diario, digo, se
escribe para el olvido, deliberadamente para el olvido.
Sábato: –Sería
mejor publicar un periódico cada año, o cada siglo. O cuando sucede algo
verdaderamente importante: "El señor Cristóbal Colon acaba de descubrir
América". Título a ocho columnas.
Borges: –(Sonriendo) Sí...
creo que sí.
Sábato: –¿Cómo puede haber
hechos transcendentes cada día?
Borges: –Además, no se sabe
de antemano cuáles son. La crucifixión de Cristo fue importante después, no
cuando ocurrió. Por eso yo jamás he leído un diario, siguiendo el consejo de
Emerson.
Sábato: –¿Quién?
Borges: –Emerson, que
recomendaba leer libros, no diarios.
La esperanza está dada porque ambos espacios discursivos (el
de la escuela y el de los medios masivos de comunicación) hoy se encuentran
atravesados por el debate. Incluso, la escuela también se ha decidido a debatir el discurso de los medios de
comunicación, a partir del surgimiento de materias como Observatorio de medios.
La esperanza también está dada por los nuevos medios de
comunicación. Si bien es discutible la frase de Marshall McLuhan de que “el medio es el mensaje”, lo cierto es que
en Facebook, los blogs y Twitter, por ejemplo, ya no existe la idea rígida de
un emisor y un receptor, sino que ambos intercambian sus roles permanentemente,
generando una mayor horizontalidad. Sobre ello, Irigaray observa que en los weblogs “se
evidencia un fuerte cuestionamiento a la idea de autor/autoridad y se apunta a
la construcción colectiva”.
Los nuevos medios de comunicación aportan una oportunidad
para el desarrollo de una democracia mucho más efectiva, en donde nos podamos
sentir artífices de nuestro pensamiento, de nuestras decisiones y no somos remolones
a los que les dicen lo que tienen que saber antes de salir de casa.
Hola Emanuel. Me hiciste reir con tu post. No obstante, es un humor muy bien fundamentado el tuyo ¿Estudiaste Comunicación? En todo lo que decías encontré un interlocutor hablando "el mismo idioma". Incluso Stella Martini, a quien citás, fue profesora mía en la facultad. Supongo que tmb tuya ¿no?
ResponderEliminarComo sea, te leo en el siguiente post, que espero sea tan bueno como este.
Saludos
Hola Pablo, gracias por la devolución. No tuve de profesora a Stella Martini, pero leí uno de sus libros cuando hice mi tesis para recibirme de licenciado en Comunicación Social en la Universidad Nacional de La Matanza. Agrego algo al texto, ya que menciono que estudié (y ahora trabajo) en la UNLaM... Aquellos muchachos de Harvard que cuestionaban a CFK estaban informados, se notaba que habían leído los periódicos, las noticias y que repetían lo que habían leído, que eran loros y que eran la peor clase de ignorantes, porque creían que sabían sin tener siquiera pensamientos propios. Así, el esquema de educación bancaria suele predominar en los medios masivos, pero el ir a una universidad carísima no asegura que un nabo se transforme en un sujeto crítico.
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