Repasando mi recorrido por la materia, recuerdo que titulé mi
primer blog “Lo que la educación aprendió de los medios de comunicación” porque en
él hice referencia (a partir de una frase de Pietro Castillo) a las cosas que
los docentes pueden tomar de los comunicadores, sobre todo aquello que tenga
que ver con trabajar con sus alumnos para que puedan poner en funcionamiento
sus propias ideas, animándose a tomar la palabra y a ser autores de sus propias
experiencia de aprendizaje.
Es decir, los textos del primer módulo me ayudaron a ver que
actualmente la educación y los medios están íntimamente ligados. Y que esta “ligazón”
puede tomar diferentes formas. Pueden estar unidos por la “enemistad” o unidos
por la influencia y el enriquecimiento mutuo.
Luego pasamos a la segunda etapa, donde una vez visibilizada
esta relación, entendí que los docentes tenemos diferentes posturas (tomadas
conciente o inconcientemente) respecto al uso de tecnologías y medios masivos
de comunicación en la escuela. De esto me ocupé en mi segunda publicación
titulada: “Lo que no se elige” donde quise exponer la idea de que no
sé hasta qué punto uno puede “decidir” o “tomar” una postura ya que formamos
parte de esta cultura mediática que legitima discursos y que no pide permiso
para “atravesarnos”. Sucede a pesar de nosotros. Todos hablamos siempre desde
algún lugar, sepámoslo o no, nuestros discursos están “teñidos” por de otros
discursos, provenientes de otros ámbitos u otras fuentes.
Llegamos ya a esta tercera etapa donde pude comprobar que
todo este universo de cambios nos impone pensar y redefinir muchos conceptos y prácticas
del ámbito educativo.
Concuerdo con Huergo cuando sostiene que actualmente “lo
educativo” consiste en que, a partir de
una práctica de interpelación, un agente se constituye en sujeto de educación
activo incorporando de dicha interpelación algún nuevo contenido valorativo,
conductual, conceptual, que modifique su
práctica cotidiana en términos de una transformación o en términos de una reafirmación
más fundamentada. A partir de los modelos de identificación (ver imagen y leer epígrafe) propuestos desde
algún discurso específico (sea
escolar, mediático u otro), el sujeto se reconoce en dicho modelo, se siente
aludido o acepta ser lo que se le propone ser”[1]
PALIMPESTOS: metáfora que alude a un tipo
de identidad que se asemeja a ese texto en que un pasado borrado emerge
tenazmente, aunque borroso, en las entrelíneas que escriben el presente.[2]
Considero
que dicha cita condensa varios aspectos que me gustaría resaltar. Es una frase
que nos invita, entre otras cosas, a:
-
Tomar conciencia una vez
más de nuestra pertenencia y participación en la cultura mediática (definida
como la capacidad modeladora del conjunto de las prácticas, los saberes y las
representaciones sociales que tienen en la actualidad los medios masivos y las
nuevas tecnologías) [3] teniendo
en cuenta que esto supone nuevas formas de aprender y de enseñar, transformando
así la noción de sujeto pedagógico.
-
Dejar de ver “lo nuevo”
como “lo deforme” y acercarnos más a una visión integral de la complejidad que
implica pensar los fenómenos educativos.
-
Reconocer la pugna por
la producción de sentido existente entre los distintos discursos
(callejero, comunal, escolar)
Habiendo relatado un poco mi camino por la materia, quisiera cerrar
esta publicación explicando por qué decidí titularla así. Porque creo que es un
viaje que recién empieza, que nunca termina, que tiene idas y vueltas, virajes,
transformaciones, preguntas, que se va forjando y construyendo con los aportes
de todos. Este creo que es el mensaje más fuerte y enriquecedor que llevaré
conmigo siempre...
Lourdes Cabaleiro.
[1] Huergo, Jorge (2001). “Desbordes y conflictos
entre la cultura escolar y la cultura mediática”, en Revista Nómadas N°15,
Bogotá, Universidad Central de Colombia.
[2]
Martín Barbero, Jesús (2002).
“Jóvenes: comunicación e identidad”, en Pensar Iberoamérica. Revista
de Cultura N°0.
[3] Huergo, Jorge (2001). “Desbordes y conflictos
entre la cultura escolar y la cultura mediática”, en Revista Nómadas N°15,
Bogotá, Universidad Central de Colombia.
A esto que estás planteando, Lourdes, Jorge Huergo lo llamaba "pedagogía del viaje". El insistía mucho con la figura de Simón Rodríguez, maestro del otro Simón (Bolivar) y la tradición nomádica en educación por él inaugurada en Latinoamerica. Me alegra que la retomes de la materia.
ResponderEliminarSaludos
Me gusto mucho como redondeas el recorrido de la materia, sobre todo tu pregunta ¿Final del Viaje?... hay un final en este viaje?, creo al igual que vos, que es un camino, un recorrido, que se sigue transitando, creciendo… aprendiendo!!!! No nos olvidemos que nosotros como docentes debemos introducirnos en el mundo de los alumnos, sin dejar de ser quien somos claro, pero con respeto e intención de conocer como piensan y las formas de comunicarse, de esa forma podremos mejorar la comunicación y generar mayor aprendizaje mutuo.
ResponderEliminarMuy atractivo el título del post, incita a leerlo. Resalto cuando Lourdes retoma a su anterior post "Lo que no se elige" hablando sobre decidir o tomar posturas acerca del uso de la tecnología y los medios de comunicación, ya que yo también opino que estamos inmersos en esta realidad y debemos agiornarnos a ella. Resalto lo de la toma de conciencia de nuestra pertenencia y participación como docentes en la cultura mediática, como así también reconocer a los diversos discursos como recursos como validos y utilizarlos como herramientas para el aprendizaje.
ResponderEliminarMuy interesante esta publicación de Lourdes donde refleja el recorrido de toda una transformación cultural a la que estamos todos vinculados, y reforzando lo que citó de Jorge Huergo en relación a lo educativo, que a través de la práctica de interpelación se constituye el sujeto de educación activo....me gustaría agregar otro párrafo de Huergo en el que expresa lo siguiente: Profundizar el desplazamiento de eje propuesto por el “paradigma de las mediaciones”,
ResponderEliminardesplazamiento que va de estudiar la comunicación como proceso de dominación, a investigar la dominación como proceso de comunicación (cfr. Martín-Barbero, 1998). Profundizar el desplazamiento propuesto por el “paradigma dialógico”, donde el trabajo educativo, en todos sus sentidos y ámbitos, es entendido como
proceso de liberación (transformación, resistencia, autonomía) con los otros, y no para ellos. Sólo por estos caminos será posible darle batalla a las nuevas formas de producción de hegemonía bajo las formas de las revolturas culturales.
Como síntesis a mi comentario considero que, tanto la diversidad cultural, como la cultura medática, la tecno-cultura están instaladas en una sociedad que necesita reflexionar sobre "qué mundo queremos para las generaciones futuras y qué podemos hacer ahora para sentar las bases que direccionen el camino hacia una educación holística y de crecimiento y desarrollo personal y colectivo".
Coincido con lo que Lourdes, ha escrito, ya que en estos tiempos marcados por la influencia de los medios de comunicacion y las nuevas tecnologias, nos hacen como docentes reflexionar y redefinir, nuevas estrategias de enseñanza, iniciando un proceso que no tiene fin, donde se accede a todo tipo de informacion, en forma inmediata, con rapidez y no gusto o no, estamos todos influenciados,debiendonos adaptar a estos cambios y recorrer el camino juntamente con nuestros alumnos, y de esta manera hacer mas efectiva nuestra labor de educadores.
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