La escuela se encuentra atravesada por una pluralidad de
culturas que pueden ser la de la calle o quizá también la del mercado para
nombrar solo algunas respondiendo a nuevos modos de clasificación que se
enmarcan en la complejidad actual de nuestro mundo.
Estas culturas y sobre todo la mediática operan desde
dentro de la vida cotidiana más allá del carácter de públicos o consumidores de
los sujetos posiblemente extendiéndose a la mayoría de las formas de vida
social, en palabras de Huergo , los sentidos mediáticos no están afuera sino
que se han hecho cultura y resignificado, hecho un espacio común. Sosteniendo además que el aprendizaje que debemos sacar de ésta ,
nuestra época, es el proceso de restitución de lo público, es decir, la
posibilidad de discutir y tensar la definición de lo común.
En nuestras prácticas podemos observar esta pluralidad de
culturas que confronta con un modelo hegemónico de cultura escolar que otorga
respuestas a todos los fenómenos desde una postura cerrada e inflexible que no
hace sino recrear practicas hegemónicas que se encuentran naturalizadas
provocando desencuentros entre jóvenes y docentes que muchas veces no
encuentran la forma de hacer frente a estas situaciones, algunos porque ni
siquiera observan un problema en ello y otros porque solo reproducen el modelo
que aprendieron incluso desde el tiempo en que realizaron sus prácticas.
El no entendimiento o la incomprensión de la cultura
mediática por creerla no académica o indisciplinada por no responder a los cánones
de la alta cultura asociada a las instituciones escolares, no solo recrea una
pedagogía tradicional que no puede dar respuestas a los cambios que se producen
en la actualidad sino que también lleva a pensar en los jóvenes de una manera devaluativa,
pensándolos como problemáticos y extendiendo aún más las desigualdades
sociales.
Es necesario pensar en la construcción de identidades y
en las nuevas formas de percibir, sentir que chocan con las de los adultos y
que la escuela jejos de ser el único canal de legitimización de saberes ha
perdido muchos lugares y seguirá perdiendo más si sigue el camino de fortalecer
el autoritarismo y la descalificación de los jóvenes.
Cuántas veces hemos escuchado y me remito a mi
experiencia en las instituciones, a colegas que criminalizan a la juventud y
los acusan de todos los males que se producen hoy en día pero pregunto ¿no es acaso,
igual e incluso más violento, aun, que quien tiene la tarea diaria de brindar
oportunidades educativas reales sea un intolerante o ni siquiera pueda pensar
una manera de cambiar su práctica actual, ineficiente y con falta de respuesta
a la necesitada por los alumnos?
Si seguimos permitiendo que los conflictos entre la cultura escolar y la mediática sigan el camino que llevan adelante en la
actualidad no podremos pensar y llevar a cabo una pedagogía de la presencia que
permita construir una relación recíproca, abierta que tenga en cuenta los
intereses permitiendo desarrollar experiencias significativas en nuestros jóvenes.
Pensar y transformar la escuela dependerá de ESTABLECER UN CAMINO pero
para ello es necesario un compromiso de reflexión, capacitación y acción.
LO QUE DEBEMOS TENER EN CUENTA
Dalila me parece muy interesante tu hipertexto pero de la totalidad me pareció importante resaltar pero haciendo también mi aporte el siguiente párrafo:En nuestras prácticas podemos observar esta pluralidad de culturas que confronta con un modelo hegemónico de cultura escolar que otorga respuestas a todos los fenómenos desde una postura cerrada e inflexible que no hace sino recrear practicas hegemónicas que se encuentran naturalizadas provocando desencuentros entre jóvenes y docentes que muchas veces no encuentran la forma de hacer frente a estas situaciones, algunos porque ni siquiera observan un problema en ello y otros porque solo reproducen el modelo que aprendieron incluso desde el tiempo en que realizaron sus prácticas. Pero esto se debe a que existe un malestar docente con las culturas juveniles. Los docentes manifiestan su incomprensión del lenguaje, sus códigos, usos del cuerpo, etc. Por eso es que la cultura escolar y la cultura juvenil aparecen como mundos desvinculados en las prácticas educativas dominantes. Ante este malestar y confrontación entre culturas diferentes para los docentes burocratizados esto es solo una molestia que se resuelve con más rigor, o con menos exigencia para los estudiantes.Otros en cambio, buscan recursos que vuelvan más atractivo el al decaído espacio educativo. Nosotros como docentes con pensamiento crítico debemos ser capaces de hacer entender a nuestros colegas burocratizados que el ejercicio del poder es inútil y que si no de hace un esfuerzo por comprender a los estudiantes y a sus mundos de vida no habrá aprendizajes. Pero a demás y esto es peor aún tampoco podremos evitar que los alumnos se escapen por las ventanas de sus aulas. Escape metafórico pero también real muchas veces, en cuyo caso ya no suelen volver más.
ResponderEliminarHola Dalila
ResponderEliminarTengo que insistir con que no pierdas de vista que esto es una bitácora. Se supone que relates tu experiencia. Por ejemplo, la de las prácticas a las que hacés referencia y a partir de ahí, que vayas articulando con la teoría.
Por otro lado, recordá que esto es un hipertexto. Los links, imágenes y video no están de adorno. Tiene que haber una coherencia y una cohesión entre todos los elementos incluidos.
Finalmente, era una consigna específica para este módulo trabajar en la hipervinculación con publicaciones anteriores de compañeros o propias, cuestión que olvidaste tener en cuenta en tu post.
Así que te pido que revises estas cuestiones y vuelvas a publicar.