Como docente de adolescentes me interesa conocer las formas de ser de los adolescentes y los modelos
mentales que generan dentro de las culturas que los forman. Ellos, a los que nosotros como adultos
intentamos educar, se formaron con una subjetividad empapada en las “revolturas culturales” que menciona
Huergo, quien expone la compleja situación entre diferentes culturas que se
enfrentan: La mediática que domina en la actualidad, la callejera, la comunal, la
escolar, todas estas culturas en situación de revoltura cultural atravesando la
educación de nuestros adolescentes. Sujetos conformados en una época de crisis dentro
de estas diferentes culturas y que nosotros a su vez formamos en una cultura escolar con docentes ( sujetos preexistentes y
prescriptos por el “deber ser”). Como
docente opino que es necesario congeniar el ser con el deber ser.
Los
adolescentes viven en un contexto en donde la cultura dominante ha entrado en
una profunda crisis de identidad, y también el modelo de pensamiento lineal. El
modelo mental del hombre racional se ha
centrado en la palabra, mientras que el modelo mental de los jóvenes de hoy se
centra en la imagen. El modelo de pensamiento lineal diseñado por el
racionalismo que históricamente inculcó la escuela, como institución creada
para normalizar y diciplinar una sociedad se convierte en un modelo caduco ya
al cual los jóvenes, que traen sus vivencias y estructuras mentales conformadas
en una sociedad mediatizada, tecnificada
con un predominio de la imagen como lenguaje, confrontan y reaccionan . Y reaccionan porque precisamente el mundo en
el que vivimos ahora no tiene que ver con lo lineal, lo estructurado. No tiene que
ver con la simplificación en partes separadas y secuenciadas en un orden sino
todo lo contrario tiene que ver con
sistemas, con lo global pero al mismo tiempo lo local; con la interrelacion,
las redes , la multidimensionalidad, la
complejidad. Tiene que ver con una cultura mediática configuradora de nuevos
sujetos que se forman (se educan) a través de alfabetizaciones, no controladas,
ni reguladas, ni ordenadas ni mucho menos certificadas por la cultura escolar. La
generación mediática es la de estos jóvenes, que pueden conectar
simultáneamente una, dos, tres vías de información; pueden estar hipersaturados
y no colapsan.
Tiene que ver con la globalización como contrapartida y las tecnologías que nos acercan a lo lejano y nos alejan de lo cercano generan procesos contradictorios, complejos y simultáneos en donde la puja de lo global local es asimilada por cada individuo, grupo o comunidad de modo diverso. El individuo según sus vivencias, ideas, valores formará a partir de este juego de producciones, representaciones su propio modelo mental que a su vez será consensuado dentro del grupo social al que pertenezca. Contexto, este bagaje cultural, sus conocimientos, sus representaciones, pero brindando herramientas para que puedan distinguir, discriminar y valorar sus acciones, Utilizando los medios tecnológicos que son tecnologías cuyo uso facilita el cambio de las estructuras espacio-temporales de localización cultural, y a su vez generan nuevas posibilidades para la restauración y preservación de identidades culturales ya que ofrecen oportunidades para relacionar tradiciones, captar identidades dispersas, preservar tradiciones que de otra manera se perderían, etc.
Por todo esto coincido con lo que dice nuestra compañera AngelaCalabria en que hay que emplear las nuevas
tecnologías como herramientas en nuestra labor diaria, en un proceso en donde
educadores nos convertimos en educados, en un proceso de aprendizaje
continuo, construyendo y transformando
la realidad todos los días. Barbero lo expone muy bien cuando dice: “… lo que
nuestras sociedades están reclamando al sistema educativo es que sea capaz de
formar ciudadanos y que lo haga con visión de futuro… Lo que implica abrir la
escuela a la multiplicidad de escrituras, de lenguajes y saberes en los que se
producen las decisiones. Para el ciudadano eso significa aprender a leer/descifrar
un noticiero de televisión con tanta soltura como lo aprende hacer con un
texto literario. Y para ello necesitamos una escuela en la que aprender a leer
signifique aprender a distinguir, a discriminar, a valorar y escoger donde y
cómo se fortalecen los prejuicios o se renuevan las concepciones que tenemos de
la política y de la familia, de la cultura y de la sexualidad. Necesitamos una
educación que no deje a los ciudadanos inermes frente a las poderosas
estratagemas de que hoy disponen los medios masivos para camuflar sus intereses
y disfrazarlos de opinión pública.”
De
ahí la importancia estratégica que cobra hoy una escuela capaz de un uso
creativo y crítico de los medios audiovisuales y las tecnologías informáticas.
Pero ello sólo será posible en una escuela que transforme su modelo (y su
praxis) de comunicación, esto es que haga posible el tránsito de un modelo
centrado en la secuencia lineal - que encadena unidireccionalmente
grados, edades y paquetes de conocimiento- a otro descentrado y plural, cuya
clave es el “encuentro” del palimpsesto y el hipertexto.”
La
escuela puede fortalecer su función social acercándose a las culturas
juveniles, reconociendo sus diversas conformaciones y prácticas, abriendo
espacios de diálogo sobre los consumos culturales, asumiendo una alfabetización
crítica que integre los nuevos lenguajes y medios, ofreciendo herramientas para
interrogar la información, analizar las representaciones y estrategias
utilizadas, problematizando y “desnaturalizando” los mensajes mediáticos. Del texto de María Cecilia Torales que hipervincula
en cultura escolar rescato: “Una de las funciones más importantes de la escuela
en sociedades democráticas es desarrollar competencias en todos los ciudadanos
para ser libres, valorar la diversidad, vivir en paz con otras personas y
participar activamente en distintas esferas de la sociedad” y esta es una frase
cabal de lo que quise expresar en el Módulo 1 cuando hablo de equilibrio
El Ser versus el Deber Ser. El Deber
Ser, es la base de una sociedad, donde el bien común prima ante el bien
individual. Una sociedad donde el éxito individual se logra solo sobre la base
del éxito colectivo y en la justa medida, de las posibilidades del individuo. Nuestro libre albeldrio es el que nos posibilitará elegir cual es el
modelo de representación que mejor nos represente. En definitiva como canta Juan Carlos Baglieto
“ solo se trata de vivir , esa es la historia” y nosotros como docentes estamos ahí
para orientarlos en esas, sus historias.
Hola Beatriz
ResponderEliminarTu producción es muy buena en cuanto al manejo bibliográfico. Pero te quedó algo débil en cuanto al sustento experiencial de las opiniones que hacés al respecto. Me parece que ese es un trabajo que te queda por desarrollar.
De todas formas, lindo post!
Saludos
El deber ser a veces es un parametro que nos condiciona, ya que cuando esta establecido no da lugar a nuevas reglas, o experiencias, segun desprendo del planteo realizado, la escuela hoy debería construir otros "deber ser", más flexibles, más experimentales, muchas veces por mi profesión me limito con el deber ser, pero tambien lo comprendo como un elemento ordenador de la sociedad. Creo que lo mejor essaber que esta, pero ser libres para tambien permitirnos olvidarlo, De ese modo podremos experimentar "nuevas" estrategias, que redundaran en enseñar también desde el error.
ResponderEliminarBeatriz:
ResponderEliminarQue interesante poder relacionar el concepto de libre albedrío con las elecciones educativas que hacemos los docentes para implementar en el trabajo diario con los alumnos. Como vos decís, poder conocer los procesos psíquicos de los adolescentes nos acerca a entender los cambios afectivos y emocionales y como estos se relacionan con las revolturas culturales en la cual se encuentran inmersos. Este movimiento hace que el docente pueda acercarse a ese joven desde otro lugar.
Por otro lado, creo que el deber ser nos ordena como adultos frente a nuestros alumnos como forma de representar el orden social en el aula. El ser guía nuestras elecciones. En este interjuego permanente es que los docentes se posicionan, intentando imprimir el sello propio en este mundo globalizado.