En el
último tiempo, la escuela ha sostenido una relación tirante con los medios de
comunicación. El vínculo entre las mismas está más cerca de la desconfianza, la
acusación y la condena, que de la aceptación y el reconocimiento. Los medios de
comunicación, sin embargo, desempeñan un papel central en la vida de los chicos
y de los jóvenes.
Los
medios de comunicación, y más recientemente las Nuevas Tecnologías, han
modificado la manera de construir el saber, el modo de aprender, la forma de
conocer. Los medios de comunicación
tienen su potencial como agentes de formación y socialización, junto con la
escuela y la familia, en la vida de los niños. En esta sociedad educadora los
medios de comunicación no podían estar ausentes.
Como dice el profesor e investigador Jorge Huergo la educación (proceso de formación de sujetos) y la comunicación (producción social de de sentidos) trascienden el ámbito exclusivo de los medios para recuperar el sentido del diálogo, el intercambio, la relación de compartir, para ampliar la mirada asociada al acto de informar, transmitir y de emitir.
Es elemental conocer el vínculo y la apropiación que hacen los chicos de los medios, para en base a eso poder trabajar con ellos.
Los niños no sólo aprenden contenidos y acceden a información. A partir de un programa televisivo por ejemplo incorporan también prácticas sociales que asumen como comportamientos cotidianos en su vida dentro y fuera de la escuela. La televisión, por ejemplo, enseña a los niños acerca de saberes y prácticas habituales esenciales.
Incorporar los medios en la escuela significa integrar, revalorizar y resignificar la cultura cotidiana de los alumnos, en la que la radio, el diario, las revistas, el cine, internet, la televisión, etc. ocupan un lugar fundamental.
Hablando de la comunicación y la cultura masiva, según la autora María Cristina Mata, da cuenta de que hay muchas definiciones en torno a la comunicación, relacionadas con diferentes enfoques, modelos y contextos históricos. Todo esto, aparece vinculado a sentidos que tiene que ver más con el “origen de la palabra” que con la comunicación en sí y la asocia directamente al ámbito masivo, tomando a los diferentes medios de comunicación como “transmisores de comunicación e información”.
Para la autora, la comunicación constituye una experiencia que forma parte de nuestra cotidianeidad y de la especificidad del ser humano.
Es importante reconocer que con la irrupción de los medios masivos de comunicación comenzaron los intentos por buscar modelos explicativos capaces de comprender y orientar las prácticas comunicacionales y para poder tomar conocimiento de estos modelos, es necesario hacer de la “Comunicación” un objeto de estudio.
La comunicación como transmisión de información fue complejizándose y constituyéndose en un modelo que pretendía dar cuenta de los procesos de intercambio entre seres humanos.
Este esquema, nos lleva a pensar que la comunicación tiene como punto de partida a un emisor que produce y envía un mensaje, y termina en un receptor que, pasivamente, se limita a decodificarlo e interpretarlo. Este modelo constituyó una matriz que dio pie a planteos y nuevos desarrollos desde otras perspectivas de los hechos comunicativos, hasta llegar a la concepción de la comunicación como procesos de producción de sentidos y hechos culturales.
Para la autora, la comunicación constituye una experiencia que forma parte de nuestra cotidianeidad y de la especificidad del ser humano.
Es importante reconocer que con la irrupción de los medios masivos de comunicación comenzaron los intentos por buscar modelos explicativos capaces de comprender y orientar las prácticas comunicacionales y para poder tomar conocimiento de estos modelos, es necesario hacer de la “Comunicación” un objeto de estudio.
La comunicación como transmisión de información fue complejizándose y constituyéndose en un modelo que pretendía dar cuenta de los procesos de intercambio entre seres humanos.
Este esquema, nos lleva a pensar que la comunicación tiene como punto de partida a un emisor que produce y envía un mensaje, y termina en un receptor que, pasivamente, se limita a decodificarlo e interpretarlo. Este modelo constituyó una matriz que dio pie a planteos y nuevos desarrollos desde otras perspectivas de los hechos comunicativos, hasta llegar a la concepción de la comunicación como procesos de producción de sentidos y hechos culturales.
Hola María Belén
ResponderEliminarEn este post hacés referencia a algunos de los temas tratados por los autores de la bibliografía obligatoria. Dichas referencias la utilizás para llegar a la conclusión de que se trata de introducir los medios y las TIC's en la escuela, cuando justamente lo que estamos tratandod e pensar es cómo la cultura mediática ya está en la escuela interpelandonos a revisar nuestras prácticas dominantes. Esa tarea la tenés pendiente.
Lo mismo en cuanto al tipo de registro. Esta vez, a diferencia de la anterior, te deshiciste completamente de tu experiencia personal para darle lugar a la palabra de los especialistas. Ni una cosa ni la otra, de lo que se trata es de poder escribir sobre la propia experiencia, teniendo en cuenta los aportes teóricos de los autores de la bibliografía. Hace falta seguir ajustando ese tema. Tenelo en cuenta para tu próxima y última publicación.