MODULO
1: La Comunicación/Educación en la trama de la cultura
Mi posicionamiento como futura
docente es como Educadores – educando: Se asumen en la necesidad de hacer un
proceso de aprendizaje permanente de la cultura mediático – tecnológico con una
intencionalidad pedagógica; no temen aprender de y con los estudiantes ni temen
“desordenar” los contenidos y estrategias tradicionales al incluirse en un
proceso creativo.
Desde hace un año realizo el
postitulo en educación y TIC porque
considero indispensable tener herramientas para la incorporación de las Netbook
en el aula.
La alfabetización en la
lectoescritura fue durante muchos años la tarea central, y casi única, de la
escuela, ella ocupaba buena parte de las expectativas sobre los logros de la
escuela primaria. Desde fines del siglo XIX, la escolaridad elemental amplió
esa propuesta para incluir lo que consideraban los conocimientos básicos necesarios
para la vida en sociedad, como por ejemplo contenidos para la formación moral,
contenidos para el trabajo, contenidos para la inclusión en la sociedad nacional
y la ciudadanía.
En el último tiempo, empezó a formularse la necesidad de incluir otros saberes básicos como igualmente importantes para considerar que la escuela ha cumplido con éxito su misión. Entre esas alfabetizaciones, se menciona a la alfabetización digital y la alfabetización mediática, pero también a la alfabetización ciudadana, la económica, e incluso la emocional.
En el último tiempo, empezó a formularse la necesidad de incluir otros saberes básicos como igualmente importantes para considerar que la escuela ha cumplido con éxito su misión. Entre esas alfabetizaciones, se menciona a la alfabetización digital y la alfabetización mediática, pero también a la alfabetización ciudadana, la económica, e incluso la emocional.
Los saberes considerados
indispensables deberían ampliarse para incluir los saberes, relaciones y
tecnologías que hoy son dominantes en nuestra sociedad, y formar a las nuevas
generaciones para que puedan vincularse con ellas de maneras más creativas, más
libres y más plurales. Creemos que para desandar, aunque sea en parte, la
brecha que se instaló entre la escuela y lo contemporáneo, sería deseable que
la organización pedagógica y curricular de las escuelas se estructurara como un
diálogo más fluido, más abierto, con los saberes que se producen y circulan en
la sociedad.
Como sabemos, cada época produce
y reproduce cultura, genera crisis de sus expresiones previas, renueva sus
formas y echa a andar nuevas posibilidades.
Hay que considerar que en los
siglos XVIII y XIX, la escritura, junto a la pintura y el dibujo, era una de
las pocas maneras de registrar y conservar el saber para su transmisión. Pero
hoy las posibilidades tecnológicas de "capturar" una imagen y hacerla
perdurable a través de la fotografía y el cine/video, de guardar una voz, o de
registrar un movimiento, rompieron ese monopolio. La escritura sigue siendo
fundamental para representar al mundo, para acceder a otros mundos de
significados, para encontrarse con la experiencia de otros humanos y para
acceder a otros cuerpos de saberes, pero ya no es la única forma posible.
Ninguna forma de representación
es total, ni logra atrapar al conjunto de la experiencia humana y que si bien
la escritura y la lectura tienen enormes beneficios como prácticas de
conservación, producción y transmisión de la cultura, no son las únicas dignas
de enseñarse y de aprenderse masivamente. Unas y otras pueden potenciarse y
beneficiarse mutuamente, expandiendo nuestra capacidad de expresarnos, de
comunicarnos, de aprender sobre nosotros mismos y sobre el mundo.
Es frecuente que los adultos
intercambiemos impresiones acerca de si las operaciones de comunicación,
lingüísticas, expresivas, etcétera, que se realizan con el celular, el chat,
las weblogs son formatos culturales restringidos o empobrecidos, un uso
devaluado del lenguaje, e incluso una deformación que no educa. En estas
valoraciones hay distintos elementos. Por un lado, aparece una preocupación por
brindar y velar por el acceso a la cultura letrada, que es legítima y se basa
en una posición responsable como educadores. Pero también suele haber un
cuestionamiento hacia los jóvenes, porque sus modos de vivir en el mundo y en
la cultura se perciben distintos al que los adultos creemos recordar que
vivimos nuestra juventud. Una mirada frecuente sobre los jóvenes suele verlos
como menos creativos, menos cultos, menos lectores, menos políticos de lo que
los adultos recordamos haber sido.
Una posibilidad es que la escuela se abra a considerar como legítimas las formas de lectura y escritura que desarrollan los alumnos y docentes en tanto internautas, posibilitando la consideración de esas prácticas que los alumnos llevan adelante en entornos virtuales. Por esos y otros motivos habría que evitar la actitud de desconfianza o desvalorización de las interacciones que se producen en los entornos virtuales, ya que ellos implican el conocimiento de nuevos lenguajes que entran en un capital cultural más amplio que la alfabetización entendida de modo más clásico.
Como suele decirse, lo importante no es la tecnología sino lo que hagamos con ella, lo que enseñemos sobre sus usos y posibilidades, y también sobre sus límites. También es importante pensar en una introducción de las nuevas tecnologías que no las consideren solamente un recurso didáctico que amplía las posibilidades materiales del aula, sino también, y sobre todo, formas culturales importantes de esta época, ámbitos productivos y recreativos de la cultura, la política y la economía contemporáneas, que tienen muchos efectos sobre nuestras propias vidas, las de los docentes y las de los alumnos. En ese sentido, creemos que no es suficiente con "enseñar computación" y los programas de software (como si fueran técnicas asépticas y neutrales), ni tampoco considerar a la internet solamente como una gran fuente de información, sino que deberían sumarse otros saberes, disposiciones y sensibilidades que permitan enriquecer la vida de los alumnos, que los ayuden a plantearse preguntas y reflexiones a las que solos no accederían, y que les propongan caminos más sistemáticos de indagación, con ocasiones para compartir y aprender de y con otros.
Una posibilidad es que la escuela se abra a considerar como legítimas las formas de lectura y escritura que desarrollan los alumnos y docentes en tanto internautas, posibilitando la consideración de esas prácticas que los alumnos llevan adelante en entornos virtuales. Por esos y otros motivos habría que evitar la actitud de desconfianza o desvalorización de las interacciones que se producen en los entornos virtuales, ya que ellos implican el conocimiento de nuevos lenguajes que entran en un capital cultural más amplio que la alfabetización entendida de modo más clásico.
Como suele decirse, lo importante no es la tecnología sino lo que hagamos con ella, lo que enseñemos sobre sus usos y posibilidades, y también sobre sus límites. También es importante pensar en una introducción de las nuevas tecnologías que no las consideren solamente un recurso didáctico que amplía las posibilidades materiales del aula, sino también, y sobre todo, formas culturales importantes de esta época, ámbitos productivos y recreativos de la cultura, la política y la economía contemporáneas, que tienen muchos efectos sobre nuestras propias vidas, las de los docentes y las de los alumnos. En ese sentido, creemos que no es suficiente con "enseñar computación" y los programas de software (como si fueran técnicas asépticas y neutrales), ni tampoco considerar a la internet solamente como una gran fuente de información, sino que deberían sumarse otros saberes, disposiciones y sensibilidades que permitan enriquecer la vida de los alumnos, que los ayuden a plantearse preguntas y reflexiones a las que solos no accederían, y que les propongan caminos más sistemáticos de indagación, con ocasiones para compartir y aprender de y con otros.
Hola María Alejandra.
ResponderEliminarEmpezás comentando tu posicionamiento como docente respecto a los medios y las TIC's y comentás de cierto aspecto de tu trayectoria de formación. Ahora, en lugar de seguir desarrollando estas cuestiones y retomando los conceptos de la bibliografía obligatoria de la materia, cortás y pegas (sin citarlo siquiera) una especie de resumen de: "La escuela y las nuevas alfabetizaciones. Lenguajes en plural" de Inés Dussel y Myriam Southwell. Desde ya que no es to lo que se te está pidiendo producir. Recordá la impronta del texto paralelo en Prieto Castillo: Dejar de reproducir el discurso ajeno y producir discurso propio. Es eso lo que se te está pidiendo hacer y hasta acá no aparece.
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